Juntos podemos lograrlo

Sí, su gente. En todas partes hay buenos equipos haciendo un excelente trabajo. Y en todos los sitios en los que he estado, los colegas se han mostrado siempre abiertos y con ganas de aprender algo nuevo. Además, hay voluntad de adaptarse. Yo ya sé que eso a veces requiere mucho tiempo y energía. Desde que llevo en KAMAX, he visto enormes cambios. Y siempre he percibido las ganas de darlo todo.

Claro que hay diferencias culturales. En EE.UU., por ejemplo, se notan más ganas de probar cosas nuevas que en otros países. Y, por otro lado, algo característico de Alemania es que, una vez planificado algo, son muy consecuentes a la hora de implementarlo. Algunas de las plantas tienen fortalezas propias y se diferencian de las demás, pero, definitivamente, son más las cosas que nos unen que las que nos separan.

Para vivir, sería España. Allí es donde nací. Soy de Valencia y allí está mi corazón, pero me siento un KAMAXiano global. Ahora, con las posibilidades que existen de trabajar desde cualquier sitio, tenemos algo más de flexibilidad en muchas situaciones y eso lo hace también más fácil.

Yo empecé aquí en septiembre de 2012. Fue el primer programa de formación que se hizo y lo comenzamos tres personas. Yo quería realizar una formación internacional en la industria del automóvil y aquí no solo tenía la oportunidad de trabajar en un país, sino también de visitar otras plantas de América y otras partes de Europa. Ese programa de formación no solo nos resultó de gran utilidad a los participantes del programa por todo lo que aprendimos, sino que también fue una nueva experiencia para KAMAX.

Después del programa de formación, empecé a trabajar como director de equipo bajo la dirección de Stefanie Hofmann y compartí la responsabilidad sobre el embalaje de nuestros productos en Homberg. Allí aprendí mucho. A los nueve meses, KAMAX decidió crear su propia estructura de cadena de suministro en la planta de Alsfeld y me preguntaron si quería encargarme de esta labor. Fue un gran reto. En 2014, yo apenas hablaba alemán y tenía que crear un nuevo departamento como director.

No, tras dos años y medio en ese puesto, quise pasarme al área de producción. Dieter Bernhard se jubilaba en Homberg y se me dio la oportunidad de asumir junto con Kai Porschitz la dirección de conformado en frío. Allí hicimos algunos cambios. Y, con la experiencia adquirida, me fui entonces a EE.UU. por cinco meses para seguir desarrollando la organización en el área de conformado en frío. Esa fue muy última estación antes de que me ofrecieran cubrir el puesto de mánager de planta en Alsfeld en octubre de 2018, seis años después de comenzar en KAMAX.
Me gustaría destacar algo y es que, en todos los puestos que he ocupado, he tenido siempre la suerte de contar con un equipo fabuloso. Eso ha sido lo que me ha hecho avanzar y estoy muy agradecido por ello.

Alsfeld es una planta con una larga historia. Fue una decisión difícil de tomar, pues son muchos los trabajos y las vidas de empleados en juego. El reto fue y es enorme. Lo más difícil de abordar ha sido el cambio de volumen de trabajo que hemos tenido desde que se anunció el cierre. Hemos tenido que irnos adaptando continuamente, ya que el volumen de pedidos cambió radicalmente. Además, algunos colegas fueron reubicados, algo que respetamos y de lo que nos alegramos, ya que han recibido una nueva oportunidad, pero, en general, se ha echado en falta el conocimiento de esas personas.
La profesionalidad con la que los empleados han hecho frente a esta situación ha sido impresionante. Ya lo dije en la reunión de personal y lo repito de nuevo: solo puedo expresar mi agradecimiento por todo lo logrado. Estoy muy orgulloso del equipo.

Empiezo el próximo año y tendré la oportunidad de dirigir lo que llamamos “Lean Transformation”. Mi labor consiste en definitiva en agilizar y simplificar los procesos de producción en todas las plantas con el objetivo de ser más eficientes. He aprendido mucho durante los últimos nueve años en KAMAX y ahora quiero ayudar a implementar con éxito a nivel global nuestra estrategia “Back To The Top”.

Queremos poner en marcha un programa SMED [tiempo de configuración], por lo que queremos simplificar el reequipamiento de las máquinas en todas las plantas, algo en lo que hemos empezado a trabajar ya [ver artículo]. Además, mi objetivo es implicar y formar a todos los empleados, ya que los necesitamos para mejorar los procesos. Otro punto importante es estandarizar todas nuestras medidas, es decir, lo que funcione bien en Turnov, debe implementarse de la misma forma en Lapeer y, al revés. Ahora, estamos en la fase de crear los equipos necesarios para ello en todas las plantas.

Nosotros queremos ser un referente en el conformado en frío. Este es nuestro objetivo principal. Queremos que nuestros procesos sean más ágiles, sencillos y eficientes que los de nuestros competidores y ser un referente para otras empresas. Así pues, ya hay muchos retos asociados a mi nuevo puesto, y es algo que hay que ver con perspectiva de largo plazo, así que, definitivamente, en cinco años me sigo viendo en KAMAX.

Yo me sigo sintiendo joven (se ríe). Solo tengo 33 años y si tuviera que dar un consejo, sería que tengan ganas de aprender y de probar nuevas cosas. Que pregunten siempre que no entiendan algo. No todo sale siempre bien, los errores forman parte del proceso. Yo mismo he cometido muchos errores. Pero, si tienes ganas y quieres aprender, eso es ya una buena base.

Emma y nosotros lo llevamos bien, todo está yendo muy bien. Es algo de lo que también me alegro, pues la familia es lo más importante para mí. Con la llegada de nuestra hija, han cambiado muchas cosas en casa. Bueno, en realidad, ha cambiado todo. Afortunadamente, tengo a una coach en casa que siempre me ayuda y me apoya: mi mujer Inés. Es muy importante que la familia permanezca unida. Al ser españoles, pasamos mucho tiempo con la familia, no solo en el círculo más estrecho, sino que nuestros padres y hermanos también están ahí a menudo. Con el nacimiento de nuestra hija Emma ha empezado una nueva etapa de la vida, pero hay algo que no va a cambiar, y es que seguiremos aprovechando todas las oportunidades que tengamos para visitar a nuestra familia en España.

Entonces, juego o veo fútbol. Estuve jugando en un equipo durante años, pero, lo dejé ahora, después del parón por el coronavirus. De todas formas, sigo viendo fútbol a menudo y soy un gran fan del Real Madrid.

Esa es una buena pregunta. Mi padre no es de Valencia y es del Real Madrid. Veíamos los partidos de fútbol juntos y me hice del Real Madrid como él. De todas formas, el Real Madrid es el mejor equipo del mundo y ganamos a menudo, así que eso es bueno para el ánimo (se ríe). Pero, a mi hija la voy a hacer socia del Valencia.
Lo bueno del fútbol es que ganamos y perdemos juntos, como equipo. No importa si es en el campo de fútbol, en la familia o en producción: es importante no dejar a nadie atrás y superar los retos juntos. Nuestra actitud siempre debería ser: ¡Juntos, podemos lograrlo!