“Todos compartimos el mismo objetivo”

¿Qué le llevó a decidirse a venir KAMAX?

Me gustó la actitud abierta que los compañeros tienen entre sí. No solo me sentí bien a nivel personal, sino que también me cautivó el ambiente que se respiraba y cómo la gente trataba a los demás. Y, claro está, también los productos. Me quedé gratamente sorprendido por cómo la gente se comunicó conmigo. KAMAX no es una corporación al uso en la que el trato es más anónimo. Aquí, incluso mis primeras conversaciones fueron todo lo contrario de anónimas. Más bien lo opuesto. Y, de hecho, pronto me di cuenta de que podía imaginarme siendo feliz viniendo aquí y trabajando por un objetivo común.

Como CEO para Europa, se enfrenta a una gran tarea, ¿cómo piensa abordarla?

Es importante escuchar y entender lo que hay en juego a la vez que se ofrece apoyo con la experiencia adquirida en mis anteriores puestos. Yo no voy a llegar derribando puertas con la actitud de que sé cómo hay que hacer las cosas. Lo primero que voy a hacer es comprender la situación y luego iré ofreciendo mi aportación paso a paso.

¿Qué primera impresión se llevó y cómo vio la situación?

Noté que el equipo está motivado y sabe lo que hay en juego. Me habían dicho que no todo iba como la seda, pero, si le soy honesto, he visto cosas mucho peores. Estoy convencido de que seremos capaces de resolver los problemas a los que nos enfrentamos. Nuestros procesos son estables y eso es ya una gran ventaja. La clave está en que los empleados estén motivados e implicarlos en lo que hacemos. No hay una fórmula mágica, pero todos compartimos el mismo objetivo: hacer un buen trabajo, conseguir buenos resultados y disfrutar de un entorno de trabajo que no esté constantemente en crisis.

¿Cómo describiría su estilo de dirección?

Creo en la comunicación directa. Si hay problemas – y siempre hay problemas – hay que abordarlos directamente. De esa forma, podemos debatirlos y encontrar soluciones. También creo que todos los cargos directivos deben asumir responsabilidad, y que hay que dejar de pasar siempre la pelota a los superiores. Esto no es fácil y cada situación y cada persona es diferente.

¿A qué se refiere exactamente?

Si algo no funciona como debería, es responsabilidad del cargo directivo implicarse y mover las cosas en la dirección adecuada. No puede esconderse alegando que siempre se ha hecho de esa manera o intentar ocultar los problemas. No se puede ver un perno o un tornillo en el suelo y dejarlo estar como si nada. Si algo no funciona como debería, hay que actuar. Los errores son parte del proceso, pero siempre tenemos que intentar aprender de ellos, de forma que mañana podamos hacer las cosas mejor de lo que las hacemos hoy. Debatir sobre situaciones o sucesos pasados está bien, por ejemplo, porque tenemos que saber con precisión por qué un sistema no estaba funcionando adecuadamente, pero, aun así, la prioridad debe estar en el futuro: en los pasos que podemos dar. Y, aquí, es donde un directivo debe hacer su parte. Ese es el motivo por el que en el nivel directivo debemos impulsar y apoyar a nuestros empleados y liderar actuando de forma ejemplar.

¿Qué mensaje le gustaría transmitir a sus colegas para terminar?