Nuestros tornillos duran toda una vida
Andre Schmidt está ligado a KAMAX desde que realizó aquí su formación. En su tiempo libre, los vehículos siguen siendo parte de la vida de Schmidt, apasionado de las motocicletas y todo un manitas que devolvió a la vida un hallazgo casi olvidado y se encontró con una sorpresa muy especial.
Cuando André la descubrió hace unos años en un coleccionista de su ciudad de nacimiento, la motocicleta estaba sucia y completamente oxidada, pero no pudo resistirse. “No había escuchado nunca esa marca antes”, reconoce el actualmente ingeniero de automoción en Herramientas y Equipos. Lo que más le importaba era el aspecto y que tenía dos tubos de escape. Y le costó tiempo darse cuenta de todo el trabajo que tendría que invertir en ella. “Solo le dedicaba tiempo de vez en cuando, pero, en total, me llevó tres años dejarla como está ahora”.
Una vieja pocilga acondicionada de la granja de sus padres le sirvió de taller. La pasión por el trabajo manual le viene de ahí. “Empecé ya desde muy joven a ayudar a mi padre con el mantenimiento de algunas máquinas. De hecho, ya sabía soldar antes de empezar con mi formación como aprendiz”, recuerda este padre de dos hijos. Con 17 años empezó su formación como técnico de mecatrónica en KAMAX en 2004 y, luego, cursó estudios en la Escuela Politécnica de Fráncfort antes de volver a KAMAX Herramientas y Equipos.
Trabajo laborioso y minucioso
Su moto favorita es una Victoria KR 25 Aero de 1951 [nota de la redacción: la marca fue adquirida por Hercules en 1966]. Cuando Andre Schmidt la compró por 800 €, tenía una avería importante en el motor y estaba completamente oxidada. Él salvó meticulosamente todas las piezas que pudo y solo compró unas pocas como, por ejemplo, el tubo de escape. “Ahí es donde la reparación le habría costado mucho más que un coche usado en buen estado”. En cuanto quitó la mayor parte de suciedad y óxido del motor, aparecieron unas piezas muy especiales: ¡tornillos KAMAX originales!
Esas piezas aún se siguen usando más de 70 años después, demuestran que nuestros productos duran toda una vida y, de algún modo, nos obligan a seguir manteniendo ese nivel de calidad.
KXpress